Oh, Quimio

Por mis venas corre sangre

dulce roja potente:

ruda sangre de mujer.

Atraviesa en un instante todo mi cuerpo

Lleva y trae

(Pero no como un rumor,

Como una buena noticia)

todo lo que me hace falta.

Imagino lo que ocurre en ese viaje

de invisible latido constante:

siento a mis venas como

un metrobús eficiente,

la via más directa para llegar

de aquí hasta allá

en menos tiempo del que se tarda

en exhalar y volver a inspirar.

Cada 21 días

hay una cita ineludible

de mis venas.

Tímidas antes, aterradas.

Cancheras ahora,

sabias y consejeras.

Detectan claramente

cómo se abre la bolsita

que envuelve la aguja

que las penetrará suavemente.

Atentas sienten golpecitos

y escuchan mis repetidos chistes

acerca de que antes

se querían esconder

pero ya las amaestré.

Mis venas saben.

Tienen estilo.

No soportan estoicas una vejación:

Disfrutan el encuentro con el acero

mes a mes.

Saben lo que viene.

Saben que lo necesitamos:

Tienen que hacer correr la novedad.

 

One Reply to “Oh, Quimio”

  1. Las mujeres valientes de sangre roja, dulce y caliente saben ver lo mejor fluyendo por sus venas y a su alrededor, incluso cuando la adversidad llama a la puerta.
    Me encanta cada frase, casa palabra. Eres una sabia. Y recoges los frutos de tu sabiduría. Frutos bien rojos y calientes, y dulces…
    Como tu sangre.

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