El contexto que nos abraza nos invita a realizar una única lectura de la realidad. Una que domina, que parte desde la raíz y crece, vertical e impuesta, replicando su mensaje como hojas del mismo árbol.
Para descubrir otras opciones, las que crecen como Rizoma, subterráneas, horizontales, de construcción colectiva, hay que estar atentos.
Un miércoles a la noche en buenos aires hay teatro. Multitudinario, poético y osado.
Y ahí, en El tinglado, donde el ingreso es amable y está ambientado desde el mismo acceso a la sala, se puede leer algo más.
Mientras que en las Escuelas se sigue discutiendo si es correcto “hablar de política”, el grupo Los perros de Pavlov versiona el terriblemente actual poema “Cadáveres”, de Néstor Perlongher, y brinda una mirada que evidencia que nada de lo que se dice es ajeno a esa esfera: ¿qué es lo no-político?
Así como no hay oprimidos sin opresores, no hay violencia sin responsabilidad del Estado, tampoco hay discurso inocente.
Con una estética que parece salida de un musical de Disney, los intérpretes invitan: “Respira, sonríe”, mientras bailan con alegre energía.
Luego agregan: “abre los cantos”. Y comienza el sinceramiento del musical.
En el Fucking Campus, los adolescentes definen sus relaciones y grupos de pertenencia, bailan un orgasmo, cometen delitos, se deben a la trama. Asumen que ser jóvenes es peligroso.
Hablan en neutro, hasta que, poseídos por su depravado inconsciente comienzan a declamar poesía de un modo magistral.
En el fondo a todas las mujeres les gusta que les digan un piropo, ahora ya está: no me da vergüenza, se escucha, mientras quien lo asegura es presa de una soledad que es no poder decirla. Perlongher, Pizarnik: la eterna Poesía adolescente se mezcla con el reggaetón habilitando desgarradoras humoradas, como la confesión del vínculo con el Padre Felipe: mucho pete de pebete.
Limpiándose el rechazo mientras sus compañeros exploran su sexualidad, el Hijo de la mucama trasmuta a standapero misógino, avalado por su público cómplice.
Excepto que siempre hay alguien que no está de acuerdo.
Y se puede lograr girar la trama.
Así como queda claro que Un muerto no es sólo un muerto: es la muerte, empieza a aclararse también por qué en todas partes hay cadáveres: En una orilla que se desvanece, en lo preciso de tu ausencia.
Los cadáveres aparecen cuando se viola la voluntad, el único valor personal, íntimo, innegociable.
Hay cadáveres en medio de una fiesta, en charlas entre amigos, en plena diversión, en la letra de las canciones.
Se precisan cadáveres para elegir seguir siendo juguete del destino. Para no tomar la incómoda postura de contemplar y sentirse ajeno a lo natural. Para atreverse a la sororidad, a la construcción colectiva, al desafío de cuestionar y tener una mirada crítica.
Con notables interpretaciones, recorriendo diversos estilos musicales, esta puesta performática que es construida por todo el elenco cuenta con músicos en vivo, bailarines y cantantes que actúan durante 120 minutos con una entrega excepcional.
Resta aventurarse a esta propuesta osada, violenta, intensa y humorística para degustar de una gran pieza de teatro musical que invita al espectador a contemplar las estructuras dominantes y sacudir su propia percepción.
Cadáveres show se presenta los miércoles a las 20 hs. En El Tinglado Teatro: Mario Bravo 948 CABA
Reservas: www.teatroeltinglado.com.ar
Ficha técnica:
Intérpretes
Camila Bastida
Lucila Cisneros
Clara Ferrer Diez
Candela Gonzalez Tonon
Sofía Black Kali
María Agustina Mirás
Enzo Cejas
Facundo Cohen
Agustín Chenaut
Ignacio Mamonde
Nicanor Ochoa
Juan Ignacio Piasentini
Música original
César Javier Romero
Diseño de sonido
Matías “Naipe” Noguera
Diseño de luces
Ezequiel Bianchi
Músicos
César Javier Romero
Ramón Espinosa
Matías “Chino” Siricman
Producción ejecutiva
Lucía Cisneros
Camila Bastida
Clara Ferrer Diez
Producción general
Los perros de Pavlov
Supervisión dramatúrgica
Martín Salazar
Supervisión de arte
Ariel del Maestro
Libro
Ezequiel Bianchi
Elián López
Asistente de dirección
Liam Zarreth
Dirección de actores
Elián López
Dirección general
Ezequiel Bianchi

¡Qué interesante! Como de costumbre, acabas de transmitirme las ganas de verla.